Un poeta canalla y roquero para dar voz a la conciencia social de un joven tímido
Nacido en Leganés en 1998 llegó al mundo literario porque la Lengua y las Mates no eran lo suyo, pero participar en un concurso le permitiría obtener las bonificaciones necesarias para alcanzar el aprobado. Califica de malísimo el poema con el que ganó en su instituto. El ensayo debía estar mejor, porque fue premiado por la Comunidad de Madrid. Aquel lector voraz, joven de 17 años enfadado con el mundo, editó La revolución de los sentidos. Ya con 26 echa de menos la frescura y el desahogo de aquel primer libro. Entonces vivía ajeno a la presión de publicar bajo el paraguas de una editorial como Aguilar y llevar las etiquetas de número 1 en ventas de poesía juvenil en Amazon o ser la voz de una generación. Os invitamos a acompañarnos para conocer al poeta canalla y roquero que da voz sobre el escenario a los mensajes con conciencia social de un tímido joven de barrio: Mario de las Sagras (@soloeme en redes).

Mario dejó el instituto y, tras un mes como estudiante de Antropología en la Universidad Autónoma de Madrid, decidió que Periodismo en la Juan Carlos I podría encajar mejor con sus aptitudes. Dos años ejerciendo como redactor y dos nuevos libros en el mercado: Perdona tienes fuego y Era inevitable. ¿Por qué poesía? “No sabría explicar, quizás porque no tengo ni voluntad ni constancia para la novela”, reconoce sin descartar arriesgarse en algún momento con la prosa. Pero hay otra razón, y es que Mario se autodefine como un cantante frustrado a quien le gustaría ser Sabina o Leiva. “Pero como no canto bien, la poesía es lo que más se le aproxima”, argumenta.
Desde aquellos concursos literarios y con la ayuda de su profesor de guitarra, ya empezó a poner música a sus poemas. Sumar letras y acordes, un sueño que hoy es realidad gracias a unos amigos de Leganés con los que ha formado la banda que lo acompaña en sus recitales. Cuando sube al escenario se transforma. Recuerda que una entrevista en un medio tinerfeño en 2018 llevaba por titular “Mi propósito es llegar a hacer los recitales con una banda entera”. Pues propósito cumplido. En la butaca se queda el joven tímido. Sobre las tablas “un cantante frustrado y un roquero”.
Redes sociales y el riesgo de banalizar la cultura
Hablar con Mario de poesía obliga a hablar de las redes sociales, que tanta visibilidad han dado a su obra. “Tienen más importancia de la que deberían; hay que reconocer que democratizan al permitirnos a todos las mismas oportunidades, pero esa presión por producir constantemente ante el riesgo de perder seguidores, puede provocar que se banalice la cultura y el arte”, sostiene. Por eso ha decidido levantar el pie del acelerador. “Llevo meses sin escribir y no pasa nada; me apetece descansar un poco; hay que reconocer que o eres Sabina o si no estás no existes; nosotros hemos alimentado esa presión dando de comer al algoritmo” por lo que su receta para aprovechar solo la parte buena de las redes es sencilla pero no fácil: “cuidar nuestras publicaciones, intentar inventarse para diferenciarse del resto”. “Ahora no estoy tan activo en redes, disfruto de la calma, subo publicaciones cuando quiero para evitar esa presión de publicar por publicar, para no cogerle tirria o para no escribir por escribir cosas con las que no me siento cómodo”, razona. El mejor ejemplo las publicaciones en Instagram de su seguida La poesía no te aburre. Pocas pero brillantes, y virales.
Admirador de escritores muertos y de cierta edad, pero sobre todo de Karmelo C Iribarren “por su capacidad de compactar en pocos versos”, cree que cuando alcance la cuarenta escribirá mejor. Hasta entonces, qué diferencias hay entre el Mario poeta adolescente y el actual. “Toda la diferencia del mundo; lo hablé hace poco con mi madre, envidio a aquel chaval de 17 años, enfadado con el mundo, con ganas de escribir y que editó aquel libro como un desahogo, sin la presión ni el temor de quién iba a leerlo; me daba todo igual”. “El Mario que está con Aguilar ya siente las miradas evaluadoras sobre su trabajo y siente que se espera algo de él”. Y aunque es más coherente, asegura que le gustaría recuperar aquella frescura de escribir porque sí, sin importar lo que opine el resto del mundo.
Citando a Baudelaire, cree que la mejor forma de conocerlo es leyéndolo. Así que vamos a ello. Descubrimos a un joven de 26 años, tímido, lector voraz, amante del silencio, la música y que no aguanta una agenda social muy llena. Convive con un poeta que cuando se sube al escenario se transforma: “es más sinvergüenza, canalla y roquero”. Pero ambos comparten una conciencia de clase, que se desarrolló sola por haber nacido en San Nicasio.
Donación para nuestra asociación
El joven tímido y el poeta canalla se convierten en altavoz de cualquier causa social en la que Mario crea. “Tienes el deber social de dar voz a quien lo necesita”, razón por la que todo lo recaudado en su último recital es para damnificados por la dana: librerías y tiendas de música. Y de los 1.900 euros, 850 irán para Anasbabi. Hablar de por qué solo han sido 1.900 daría para un ensayo, con el alquiler de la sala y el IVA como protagonistas.
Seguimos con su trabajo altruista. La relación de Mario con nuestra asociación se remonta al año 2023. Y en ello tuvo mucho que ver Luisa Martín, la responsable de Relaciones Institucionales. El día que coincidieron en la entrega de premios del Ayuntamiento de Leganés sellaron un acuerdo, de los que no necesitan cláusulas ni firmas, para visibilizar las enfermedades raras. El Mario tímido estaba evitando la alfombra roja cuando un ser de luz, de nombre Luisa, lo agarró del brazo, se lo presentó a la prensa, le pidió el teléfono y le dijo “te llamaré para trabajar juntos”.
Ese trabajo es un regalo para los oídos y el espíritu: el poema Los guerreros de las siete mil batallas. El respeto y aprecio que conocidos artistas profesan por Luisa permitió que esa obra de arte literaria se convirtiera en un vídeo manifiesto sobre las necesidades y desafíos de los pacientes y sus familias (si todavía no lo habéis visto ahora no podía ser mejor momento). “No creo en el destino pero a veces en la carretera aparecen señales … y Luisa es una señal de neón de 25 metros”, una buena metáfora para describir a su desde entonces compañera de mil batallas.
Se deshace en elogios hacia la reconocida artista y gran persona (como todos los que la conocemos y agradecemos su implicación en mil y una causa justa) aunque asegura que si llega a saber que tantos rostros conocidos darían voz a sus versos quizás no hubiese podido escribirlos. Mario y Luisa forman, desde ese momento, un tándem siempre presto a dar voz a quien lo necesite. “El vídeo debería estar protagonizado solo por pacientes, pero siendo realistas está claro que no tendría la misma repercusión” como tampoco la habría tenido su amiga Noah Higón, pese a sus años de activismo, si no hubiera aparecido en el programa televisivo La Revuelta. “Bendita desgracia, que ha permitido que su mensaje estuviera durante días en todos los medios”, añade.
¿Voz de una generación?
Estas líneas son para descubrir a un joven solidario y comprometido, a un poeta humilde que cree excesivo que lo etiqueten como voz de una generación porque siente “que me queda grande, suena demasiado importante y no quiero ser ejemplo de nada”.
Mario solo quiere hacer cosas y hacerlas “cómo siento que debo hacerlas, reivindicando y visibilizando con mi mensaje”. Por eso estas líneas son también nuestro humilde pero sincero agradecimiento a un joven siempre dispuesto a vencer su timidez y poner su pluma al servicio de lo que considera de justicia.
Como voraz lector se despide con una petición: “Invito la gente a que lea; soy muy lector y no hay ninguna sensación comparable a bucear en un buen libro, cerrar el ruido que te rodea y dejarte inundar por las palabras”.
Gracias Mario, por tus versos, tu ejemplo, tu compromiso y esos mensajes en los que siempre pones tu corazón.
Begoña María Fernández Barbosa. Área de Comunicación Diversia 5.5